EL
PODER DE LAS POSTURAS
Cuando practicamos yoga desarrollamos la fuerza que llevamos
dentro. El poder que desarrollamos con la práctica puede ser negativo o
positivo. Debemos saber utilizarlo. Con el poder también se puede acrecentar
nuestro ego, lo cual es muy malo para la práctica. Con cada tipo de postura se
trabajan cualidades diferentes: la paciencia, la fuerza, el coraje, la entrega,
el valor, la confianza. Debemos dejar que las posturas nos enseñen. Cuando
realizamos posturas de equilibrio trabajamos la entrega y la fe. Por un lado
debemos confiar que nuestro cuerpo será capaz de no dejarnos caer. También debemos de relajarnos si queremos
mantenernos en equilibrio. También trabajan la concentración. Mientras más
enfocados estemos en un punto fijo mejor será nuestro equilibrio. En los
balances con las manos trabajamos la fe. Es necesario confiar en nuestro cuerpo
y el poder de las bandas. Si trabajamos bien nuestras bandas podremos lograr
mantenernos equilibrados sobre nuestras manos. También los balances trabajan la
paciencia y la constancia. Son posturas que debes practicar mucho para lograr
hacerlas. Por lo general no son difíciles, la dificultad está en nuestra mente.
Posturas como los guerreros en cambio trabajan la fuerza y la apertura. Con los
guerreros nos conectamos a la tierra y trabajamos nuestro chakra raíz. La
postura del triángulo en todas sus variantes trabaja la apertura. Con estas
posturas trabajamos también nuestro plexo solar. La postura del perro que mira
abajo nos relaja y nos permite conectarnos con la entrega en nuestra práctica.
Es una postura en la que podemos soltarlo todo, como en la flexiones hacia
adelante. Las posturas de inversión sirven para calmar, mejoran la circulación
en nuestro cuerpo. Pero sobre todo trabajan la confianza y te ayudan a no tener
miedo a nada. Si logras subir tus pies en la vela te sientes como una persona
muy poderosa para la cual nada es imposible. Cada postura enseña algo
diferente. Solo ve quien quiere ver. El yoga te abre una puerta, queda de ti si
la traspasas o no. Lo más importante es saber "domar" la mente. Puede
ser como un caballo salvaje. Si ponemos mas entrega y menos mente durante la
práctica todo saldrá mejor. Y no debemos de olvidar la confianza en nuestro
maestr@. Él o ella a pesar de que nos parezcan algo duros siempre logran saber
hasta dónde podemos ir. Nos sacan de nuestra zona de "confort", pero
siempre con un buen propósito.
Om Shanti Om Karen 26 de Julio de 2012